Después de pronunciar un voto solemne, cada guerrero recibía una cruz de las manos del Papa o de su legado, y era desde ese momento considerado como un soldado de la Iglesia. A los cruzados también se les concedían indulgencias y privilegios temporales, tales como exención de la jurisdicción civil, inviolabilidad de personas o tierras, entre otras.
Nombramiento del caballero cruzado.
Publicado por
RampaganMekabk
lunes, 17 de agosto de 2009
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